miércoles, 13 de mayo de 2009
Las personas, a lo largo del tiempo, aprendemos muchísimas cosas. Aprendemos a perdonar, a dar sin esperar nada a cambio, a retomar el rumbo de nuestras vidas después de algo que nos lastimó, a curarle heridas a algún corazón, a esperar, a creer, a seguir, a querer caminar al lado de los demás, y no adelante, a llorar si es necesario, a reirnos, a renunciar, a elegir. Lo que cuesta, según yo, es entender que no se puede cambiar de sentimientos como de ropa. Y entonces no te puedo cambiar.
¿Una verdad? Cuando no estabas en mis planes la vida pesaba menos.
¿Algo que duela? Que no entendieras cuánto te amaba.
¿Algo de lo que me arrepienta? De no haberte dicho, cuando podía, cuán indispensabl sos para mi vida.
¿Algo de lo que no me arrepienta? De haberte conocido.
¿Un error? Creerte.
¿Un recuerdo? Cada momento en el que fuiste parte de mi vida.
¿Una mentira? No pienso en vos.
¿Algo más para decir? Fuiste lo mejor.
¿Algo que duela? Que no entendieras cuánto te amaba.
¿Algo de lo que me arrepienta? De no haberte dicho, cuando podía, cuán indispensabl sos para mi vida.
¿Algo de lo que no me arrepienta? De haberte conocido.
¿Un error? Creerte.
¿Un recuerdo? Cada momento en el que fuiste parte de mi vida.
¿Una mentira? No pienso en vos.
¿Algo más para decir? Fuiste lo mejor.
Perderé la esperanza el día que, después de sentarme a hablar con vos y abrirte mi corazón, que me veas llorar y sepas que sea por vos, que te diga que sin vos las ganas de seguir no llegan, que entiendas que nadie va a quererte como yo, el día que te muestre lo débil que me sinto ante la distancia... Perderé la esperanza el día que después de todo eso, vos sigas sin ganas de quererme, sin ganas de darme un poquito más que nada.
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